Guía práctica de autogestión de emociones

Comencé por hacerme estas preguntas: ¿realmente me conozco? ¿Soy capaz de reconocer mis sentimientos y emociones? ¿Sé cuánto influyen mis emociones en los demás?

Y así, fueron surgiendo muchas interrogantes que derivaron en el tema del cual hoy, es un motivo que podemos trabajar y analizar desde casa, y que a su vez nos abrirá muchos panoramas diferentes a la forma de ver la vida.

La mayoría hemos oído hablar de la Inteligencia Emocional, y tenemos una idea amplia o corta de lo que es, pero ¿la hemos llevado a la práctica?

La Inteligencia emocional, es la capacidad para reconocer los sentimientos y emociones tanto los nuestros como los de los demás y que nos hace capaces de actuar en sus consecuencias.

Aprender aspectos técnicos es mucho más fácil que aprender los aspectos emocionales. Por ello vamos a ir discerniendo todo este mundo con el cual nos enfrentamos día a día.

Los sentimientos y emociones pueden ser generados por distintos factores y experiencias que nos van sucediendo a lo largo del día, y es primordial que aprendamos a hacerlos conscientes, es decir, a reconocerlos en el momento que los sentimos para que de esa manera logremos autogestionarlos.

¿Cómo soy capaz de reconocer las emociones en mí y las que tengo con los demás?

1° Analiza qué Atributos tienes. Es decir, identifica aquella característica o cualidad que es tuya y que por naturaleza traes. Por ejemplo, soy melancólica, alegre, fuerte, irónica, etc.

Autoconocimiento.  Aprende a conocer qué es lo que estás sintiendo, porqué lo estas sintiendo y en qué momento lo vives. A veces, no diferenciamos entre una y otra emoción, y tendemos a confundirnos. Por ejemplo, a confundir la alegría con la felicidad, la ira con el enojo. Etc.

Automotivación.  ¿Sabes qué es lo que más te gusta e impulsa a hacer las cosas? Encuentra la energía que te provoca disfrutar de vivir, de trabajar, de compartir, etc. Identifica qué emoción te produce cada cosa que vives, cada lugar donde estas y cada persona con la que convives. Encontrarás mucha información que te va a sorprender.

Autorregulación. Capacidad para tener la mente fría y saber hasta dónde puedo ser capaz de mantener el control en cuanto a las manifestaciones exteriores. Es en éste punto donde puedo tomar decisiones inteligentes.

Analiza tus habilidades sociales. Es importante que tengamos la capacidad de gestionar las relaciones con los grupos con los que interactuamos, identificar la forma que gestionamos esas emociones cuando estoy con la otra persona; ¿se escuchar? ¿Soy respetuoso con las cosas que veo y escucho de los otros? ¿Sé identificar qué le pasa al otro?

Empatía. Sabemos que es la capacidad de “entender el punto de vista del otro”, por tanto, es saber identificar cómo me siento yo a la hora de dirigirme a los demás, cómo me sentiría yo con lo que estoy diciéndole a la otra persona, cómo lo interpretaría yo con lo que le estoy diciendo. 

Hay que estar en constante trabajo interno sobre todo en estos cinco puntos antes mencionados, ya que es un camino infinito por el cual somos seres emocionales con la capacidad de razonar y de ser inteligentes.

ACCIONES PRÁCTICAS PARA AUTOGESTIONAR TUS EMOCIONES

1.     Cada vez que hagas consciente una experiencia y te provoque una emoción o sentimiento, RESPIRA PROFUNDO y de manera lenta. En emociones positivas elevarás la energía que proyectas y potencializarás esa emoción; y, en emociones negativas, evitará a que tomes decisiones incorrectas y oxigenará el cerebro para que tu mente conecte con la corteza cerebral que es la zona donde se desarrollan los procesos de aprendizaje pero sobre todo provocará calma y regulará tus emociones.

2.     HAZ MEDITACIÓN. En pocas palabras, “entrena tu atención”. Uno de los beneficios de la meditación es ayudar a tu cuerpo a hacer consciente de todo lo que te pasa, trabajando en el autoconocimiento y en el aquí y ahora. Así la gestión de tus emociones poco a poco serán más equilibradas.

3.     Haz una lista de las emociones y sentimientos que tienes generalmente. O de las que sabes que más te frecuentan. Y de cada una, escribe qué tipo de reacción has tenido.

4.     Invita a un amigo o amiga cercana a que te diga qué emociones identifica en ti frecuentemente o en qué situaciones te ha visto reaccionar con alguna emoción en particular. Esto ayudará a que también él trabaje en sus emociones y aprendas de él.

5.     Si estás pasando por alguna experiencia difícil, practica la resiliencia y has actividades que te generen estados más positivos y donde puedas liberar las emociones negativas.

6.     En el momento de que te des cuenta que estás teniendo una reacción alterada, o una emoción altamente reactiva, utiliza un “Ancla” , es decir, en voz alta nombra alguna palabra que te haga liberar la emoción, por ejemplo, “yo libero” “ yo fluyo”.

7.     Sonríe. Es la acción más poderosa para que gestiones en ti y en los demás emociones positivas.

Como dice Daniel Goleman, psicólogo y reconocido escritor en el tema de la inteligencia emocional: Cada emoción tiene su lugar, cada emoción es un mensaje importante por tanto hay que aprender a escucharlas.

Tu Consultor Experto